Nunca es tarde para empezar. Pero, ¿por dónde empiezo?
Lo primero es conocer las características, tu tipo de piel y sus necesidades.
CONSTANCIA Y PACIENCIA – Tu piel es única y sus necesidades también. La constancia es la base de cualquier rutina que queramos sumar. Los resultados no son siempre inmediatos, pero te aseguramos que son eficaces y podrás ver cambios positivos en muuuy poco tiempo ¡no abandones!
Nosotros te mostramos cuáles son los productos básicos para empezar a cuidarte que te ayudarán a mantener una piel equilibrada y saludable!
LIMPIEZA – La limpieza facial es un paso indispensable para mantener una piel sana y luminosa. Nuestros limpiadores son ideales ya que limpian la piel en profundidad sin resecar y respetan la barrera cutánea.
HIDRATACIÓN – Infaltable para mantener los niveles de agua óptimos, esto hará que nuestra piel se mantenga flexible, tersa y suave. Recorda que cada uno de nosotros tiene necesidades diferentes según su tipo de piel y el hidratante deberá acompañar esas necesidades.
PROTECCIÓN SOLAR - El sol puede provocar en nuestra piel daños que se van acumulando día a día y como nuestra piel tiene memoria una vez que se producen es muy difícil revertirlos. Por eso es súper necesario incluir en nuestra rutina básica un protector solar.
Con el tiempo, podés incorporar productos más específicos para tratar las necesidades de tu piel. Si no estás segura, siempre recomendamos visitar a un profesional, cosmetologa o dermatóloga que pueda asesorarte sobre cuales son los activos ideales para vos.
¡Estamos para asesorarte!